En invierno el frío se apodera del lago y lo convierte en una colosal placa de hielo de tonalidades y texturas difíciles de imaginar si uno no viaja hasta la ciudad de Irkutsk, hasta donde se desplazó Gina para comenzar su viaje en febrero. La sueca explica que es una aficionada a los viajes y, a juzgar por las fotos de su cuenta, es también una verdadera aventurera.
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"Salir a la aventura sola y por tu cuenta durante un largo periodo de tiempo te hace ver las cosas de la vida desde otra perspectiva", dice Gina.
La cámara de Gina también pudo capturar un día de viento en el lago Baikal. "A veces se hacía imposible ver nada", dice Gina.
Durante su periplo por el Baikal, la sueca pudo también capturar puestas de sol que quitan en aliento.
¿Dónde pasó las noches? Al menos tres de ellas las pasó en la ciudad de Irkutsk, explica. Otras tantas tuvo que pasarlas en su tienda de campaña y a ras del hielo. "Desde dentro se oían los 'cracks' del hielo y cómo se rompía", dice.
La aventurera se desplazaba una media de 12 horas al día a un ritmo de entre 40 y 50 kilómetros. Solo paró para beber. "Como mientras camino", explica.
El viaje duró 15 días.