"Según la información que tenemos, Kiev planea realizar una provocación armada en la línea de separación [en Donbás] para después, aprovechando la ley marcial que abarca las provincias de Donetsk y Lugansk entre otras, lanzar una ofensiva enérgica en la zona de Mariúpol con el objetivo de apoderarse de los territorios en la costa del mar de Azov controlados por [las milicias de] Donetsk y avanzar hacia la frontera con Rusia", declaró la portavoz de la Cancillería, María Zajárova.
"Le daría un pretexto para prolongar la ley marcial e incluso cancelar las presidenciales", dijo Zajárova.
El 26 de noviembre, el Parlamento de Ucrania aprobó la imposición de la ley marcial por un plazo de 30 días en diez de las 24 regiones del país, principalmente aquellas que son limítrofes con Rusia o están situadas en las costas del mar Negro y el de Azov.
Moscú calificó el incidente naval de provocación, con la que el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, busca ganar puntos de cara a las elecciones presidenciales del 31 de marzo de 2019.
Crisis religiosa
Poco antes el embajador de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, Sam Brownback, aseguró que EEUU podría imponer nuevas sanciones contra Rusia por su violación de la libertad de religión.
"Él personalmente interviene de manera activa en los asuntos religiosos de Ucrania e impone la autocefalia, algo ajeno para millones de creyentes, así como apoya activamente los pasos cismáticos de Poroshenko y del patriarca de Constantinopla, Bartolomé", dijo la diplomática.
Por su parte el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, insertó a Rusia en una lista de "vigilancia especial" por sus supuestas violaciones a la libertad de culto y aseguró que en China la situación en esa esfera se está agravando.
La Iglesia del Patriarcado de Moscú, única organización ortodoxa canónica que existe en Ucrania, se negó a tomar parte en ese evento.
A pesar de que en la Constitución del Estado ucraniano está plasmado su carácter laico, las autoridades del país constantemente injieren en la vida religiosa del país.
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Precisamente accediendo a la solicitud del Gobierno de Kiev, apoyado por EEUU, el Patriarcado con sede en Estambul anunció que comenzaba el proceso de otorgamiento de la autocefalia a una alianza de iglesias no canónicas de Ucrania.
El metropolitano Ilarión, jefe de Exteriores de la estructura eclesiástica rusa, declaró en octubre pasado que Constantinopla ha perdido su derecho a considerarse el centro coordinador de la Ortodoxia a nivel mundial, pero el Patriarcado de Rusia espera que el patriarca Bartolomé revoque su decisión de otorgar la autocefalia a la Iglesia Ucraniana.
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Mientras eso no ocurra, el Patriarcado constantinopolitano se considerará escindido.