"Ese elemento clave es el sistema de refrigeración y vamos a ensayarlo en el espacio", dijo Korotéev en un seminario celebrado en la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares (MIFI) y dedicado a la energía atómica.
A finales de octubre trascendió que ese sistema de refrigeración superó las pruebas en la planta.
El problema de las plantas de propulsión nuclear, capaces de asegurar vuelos espaciales a grandes distancias, consiste en que se calientan mucho y necesitan eficaces sistemas de refrigeración.
Tradicionalmente ese problema se resuelve colocando los radiadores de paneles fuera de la nave: el líquido refrigerante que circula por los tubos de los radiadores absorbe el calor sobrante y lo "entrega" al espacio.
Infografía: Investigaciones nucleares de la universidad MEPhI
Por regla, son radiadores de mucho peso y dimensiones considerables.
Seguidamente el equipo "recoge" el refrigerante disperso, lo reincorpora al sistema y el ciclo se repite.
Como resultado, el líquido se enfría mucho más rápido (debido a que las gotas tienen una superficie más grande) y el sistema de refrigeración ya es más pequeño.
Rusia viene desarrollando desde 2010 un proyecto de módulo de transporte y energía a partir de una planta de propulsión nuclear de un megavatio de potencia.
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Las soluciones técnicas incluidas en el concepto del módulo permitirán cumplir una amplia gama de tareas espaciales como programas de exploración de la Luna y vuelos a planetas lejanos donde se construirán bases automáticas.