En las fotografías se observan unas burbujas rojas rodeadas de brillantes halos verdes.
"Cuando el gas y el polvo colapsan dentro de la nebulosa para formar estrellas, estas a su vez pueden calentar el gas que se encuentra a su alrededor, de manera que dicho gas se expanda y cree burbujas", explica la agencia espacial.
Spitzer es un telescopio espacial infrarrojo. Gracias a la longitud de ondas de la luz, el observatorio espacial es capaz de 'ver' a través de las grandes nubes de gas y polvo, algo que la luz óptica visible no puede conseguir.
Las líneas negras que atraviesan la nebulosa contienen nubes de gas y polvo tan densas que la luz infrarroja tampoco es capaz de penetrar.
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Los astrónomos sugieren que las mencionadas zonas podrían albergar nuevas estrellas en el futuro.