Los representantes del ministerio aseguran que los nuevos bonos pueden aparecer ya en el año 2018, sin embargo, este proceso requiere una preparación cuidadosa, según cuenta el medio ruso Expert.ru. El viceministro de Finanzas Vladímir Kólichev explicó que la emisión de bonos no tendrá un carácter ocasional sino que volverá a realizarse cada año.
"Hace falta poner a prueba la infraestructura para comprobar su comodidad. Por ejemplo, llevando a cabo transacciones de manera que para el comprador todo quede claro. De momento los inversores chinos no van a comprar nada, pero el sistema quedará analizado para finales del año", declaró Kólichev.
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China es un importante aliado comercial de Rusia, y su moneda aparece en la canasta de monedas. Por lo tanto, la emisión de los bonos en yuanes es una decisión bastante razonable, según el analista financiero Bogdán Zvárich. El experto opina que la emisión de bonos será un negocio beneficioso tanto para Rusia como para China.
"Rusia obtendrá una nueva fuente de financiación, mientras que los inversores chinos dispondrán de una herramienta segura para diversificar sus inversiones", comenta el economista.
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El analista Alexéi Antónov destaca otro beneficio que tiene que ver con las posibles sanciones por parte de Estados Unidos que podrán surgir a partir de febrero del año 2018:
"Esto podrá ser un golpe relativamente fuerte contra las herramientas financieras del rublo, por eso, cuanto antes realicemos la emisión, mejor. Además, las sanciones norteamericanas podrían confundir a los inversores chinos", añade Antónov.
Anteriormente, países como China y Hungría emitían bonos denominadas en yuanes, sin embargo, el volumen de la emisión anual no superaba los 34.000 dólares. Según Antónov, este tipo de bonos conviene más a las compañías que comercian con el país asiático, ya que permite consolidar las relaciones con los proveedores chinos.
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