Bergdahl, quien abandonó su puesto militar en el este de Afganistán en 2009 y estuvo cautivo en manos del movimiento radical islamista Talibán durante cinco años, fue sentenciado a una baja deshonrosa pero no cumplirá una pena en prisión, señala el diario The Washington Post.
El sargento se declaró culpable de los cargos de deserción y mala conducta ante el enemigo en octubre.