"Una ley no significa aplicación inmediata, ni siquiera justicia, y aún sucede en el interior de Guatemala que cuando se da una violación (algunas) autoridades siguen casando a las niñas con hombres mucho mayores para evitar ligarlos luego a un proceso por ese delito", explicó a esta agencia la directora de la asociación guatemalteca La Alianza, Carolina Escobar Sarti.
Cuando un menor de edad contrae matrimonio se le interrumpen todos los procesos de desarrollo de vida, "procesos educativos y emocionales, pero también el comunitario y familiar", y quienes han resultado más perjudicadas son las niñas porque "ellas se quedaban en el ámbito privado, sin recursos económicos", agregó Escobar Sarti.
El 17 de agosto tanto Guatemala como El Salvador derogaron las excepciones que permitían el matrimonio infantil en sus respectivos parlamentos.
Esto "en realidad daba lugar a una permisividad de la violación de las niñas", dijo a Sputnik la diputada del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Lorena Peña, uno de los impulsores de la prohibición.
"Eso ocasionaba un daño a las que casaban y era un mensaje cultural de que en el fondo era normal que un adulto pudiera violar a una menor, por lo que ha sido un gran avance derogarlo", apuntó Peña, primera vicepresidenta de la Asamblea Legislativa de El Salvador.
A través de una modificación del Código de Familia, el matrimonio infantil quedó prohibido en ese país centroamericano.
Pero la presión de las organizaciones de mujeres y de la sociedad salvadoreña también fue clave para conseguir después unanimidad en el pleno de la Asamblea.
La diputada consideró que "en el mundo todavía el patriarcado justifica sutil o descaradamente la violencia de género en todas sus formas" y en El Salvador sigue habiendo una lucha muy fuerte de las mujeres "por recuperar nuestros derechos".
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No hay que olvidar que este es uno de los pocos países que prohíben de forma total el aborto, observó.
Sin embargo, el Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) de Guatemala pudo comprobar que en muchas ocasiones los jueces autorizaban el matrimonio cuando las adolescentes de 16 años estaban embarazadas, sin importar si ese embarazo era producto de una violación.
"Vimos que en el 90% de un total de 240 matrimonios, las menores de edad eran mujeres de 16 años y ahí encontramos parejas que les triplicaban la edad, con más de 50 años, y que una de las causas fundadas para los jueces era el embarazo porque argumentaban que el bebé tenía derecho a una familia y autorizaban el matrimonio", explicó a esta agencia la directora del OSAR, Mirna Montenegro.
"La aprobación de ese decreto es un avance, pero sabemos que no es suficiente, en Guatemala te pueden casar jueces, alcaldes, abogados y ellos son quienes deben saber que el Código Civil ha cambiado y hay que trabajar la desnaturalización de las uniones tempranas y promover programas de empoderamiento de niñas y adolescentes para que no piensen que todo el futuro es casarse y aspiren a tener otro plan de vida", agregó Montenegro.
Algunas de las razones de los matrimonios infantiles, continuó, son la pobreza, la falta de educación y el sistema patriarcal, fundamentalmente en el interior del país.
"Se ve más en el interior, donde hay familias indígenas que directamente entregan a sus hijas, mientras que a nivel urbano lo que se da más son embarazos adolescentes entre jóvenes", aclaró.
El 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la Niña.