Investigadores de la Universidad McGill en Quebec (Canadá) creen que han encontrado un posible vínculo entre la pérdida del olfato y la indicación temprana de la enfermedad. Ahora se considera que la demencia, también conocida como Alzheimer, comienza a dañar el cerebro 20 años antes de que aparezca cualquier síntoma.
Cada participante tuvo que pasar una prueba de olfato identificando perfumes fuertes como chicle, gasolina y limón. Un centenar de ellos también se ofreció a someterse a punciones lumbares regulares para medir las proteínas relacionadas con la enfermedad en su líquido espinal.
Los investigadores encontraron que aquellos que tenían la mayor dificultad para identificar los olores eran también los que tenían más indicaciones biológicas de la enfermedad de Alzheimer.
"Es la primera vez que alguien ha sido capaz de mostrar claramente que la pérdida de la capacidad de identificar olores se correlaciona con marcadores biológicos que indican el avance de la enfermedad", explicó la principal autora del estudio, Marie-Elyse Lafaille-Magnan.