El 4 de abril la Coalición Nacional de Fuerzas Opositoras y Revolucionarias de Siria acusó a las tropas gubernamentales del supuesto uso de armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun, en la provincia de Idlib, con un balance de 84 muertos y 545 heridos.
"Tenemos información de varias fuentes de que semejantes provocaciones, —no puedo llamarlas de otra manera—, se están preparando en otras regiones de Siria, incluidos los suburbios del sur de Damasco donde se planea lanzar ciertas sustancias y acusar de su uso a las autoridades legítimas sirias", dijo.
El presidente ruso señaló que la situación actual en Siria le recuerda los acontecimientos de 2003 en Irak.
Entonces, recordó, los representantes de EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU presentaron unas 'armas químicas' supuestamente descubiertas en Irak, que dio inicio a la campaña militar que, indicó Putin, culminó con la destrucción del país, el crecimiento de la amenaza terrorista y la aparición de Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia).
Tras el ataque en Idlib que Washington imputa al régimen de Bashar Asad, mientras Moscú insiste en a una investigación imparcial, el 7 de abril EEUU atacó con misiles una base aérea en Siria explicándolo como represalia por el empleo de un gas tóxico en Jan Sheijun.
Rusia calificó este ataque estadounidense de una agresión contra un Estado soberano.