"Según la política de sanciones, los líderes de países son mencionados (en las listas negras) solo en circunstancias excepcionales, y sería extraordinario que el señor Putin personalmente figurase entre personas de una lista" de sanciones, reconoció en rueda de prensa.
Al mismo tiempo, Earnest enfatizó que los servicios de inteligencia estadounidenses mantienen su conclusión de que los ciberataques durante la campaña electoral de EEUU tuvieron que ser autorizados por altos cargos rusos.
El presidente saliente, Barach Obama, también está convencido de la implicación de Moscú en esos ciberataques, subrayó el portavoz de la Casa Blanca.
"Obama se basa en las conclusiones de los servicios de inteligencia y está seguro de que los rusos están detrás de los ataques", dijo.
El 29 de diciembre de 2016 la administración de Obama impuso sanciones contra cinco entidades y seis ciudadanos de Rusia y expulsó a 35 diplomáticos rusos, por la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses a través de una serie de ataques informáticos a instituciones norteamericanas.
Las autoridades rusas, por su parte, han negado toda participación en esos hechos, y calificaron de absurda la acusación.
El Kremlin se abstuvo de responder con medidas similares ante la expulsión de sus diplomáticos.
EEUU no presentó hasta el momento ninguna prueba que confirme la implicación de Rusia en los ciberataques contra el proceso electoral estadounidense.