Los nuevos misiles fortalecerán las capacidades ofensivas de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica de Rusia (RVSN), el mando de las Fuerzas Armadas del país que ejerce el control sobre los misiles balísticos intercontinentales terrestres. Además, se prevé que refuercen el potencial disuasorio de las unidades estratégicas nucleares.
En 2016, Rusia compró armas y tecnología militar para equipar 23 de sus misiles balísticos Yars tanto fijos como móviles. Esta medida ayudó a adoptar cinco regimientos de misiles a los RS-24 en las divisiones de Yoshkar-Olá, Irkutsk, Novosibirsk, Tagil y Kozelsk.