El abogado canadiense Richard McLaren, que encabeza la comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), tras una investigación de dos meses emitió el pasado 18 de julio la primera parte de su informe en el que acusó al Estado ruso de promover un sistema de dopaje en las Olimpiadas de Sochi 2014.
"Después del 9 de diciembre sabremos exactamente lo que se cuece en esa otra embestida contra el deporte ruso", dijo Mutkó en una entrevista a R-Sport.
El dirigente advirtió que las autoridades deportivas no tendrán la posibilidad de impugnar.
Se repetirá, subrayó, lo mismo que sucedió con los atletas paralímpicos rusos.
"Primero fueron suspendidos de los Juegos y luego durante seis meses redactaron todo un tomo para fundamentar su decisión", indicó.
La WADA suspendió también en noviembre de 2015 al laboratorio antidopaje moscovita y a la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada) supuestamente por no corresponder con el código del organismo.
"Esperamos que el próximo año en mayo se resuelva el caso de Rusada y a finales de año, el asunto del laboratorio", señaló.
El mes pasado la cadena televisiva RT publicó una conversación informal en la que el director general de la WADA, el abogado suizo Oliver Niggli, quien fuera designado a este puesto en noviembre de 2015, le dice al presidente del organismo, el británico Craig Reedie, que "la WADA no está desesperada para que Rusia vuelva a la entidad".
Niggli recomendó también a Reedie "no ser muy alentador" con el titular de la Comisión Independiente Antidopaje del Comité Olímpico Ruso, Vitali Smirnov.
"Cuando dejaron por casualidad encendidos los micrófonos, el mundo entero escuchó a los dirigentes de la WADA y se enteró de cuál es su actitud hacia Rusia", puntualizó.