"Que pare la tortura psicológica que le hacen a él; está en aislamiento, está restringido de llamadas y sus visitas no son como deben ser, esperamos que actúen con urgencia", denunció ante la prensa a su salida de la sede del organismo en Washington.
De acuerdo con la esposa de Guzmán, los funcionarios del organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) le prometieron que solicitarán información escrita al Estado mexicano sobre las condiciones carcelarias de su marido.
La defensa del mayor capo del crimen organizado en México —que fue recapturado en enero pasado, tras una fuga espectacular por un túnel cavado desde una bodega a su celda, en julio de 2015-, había solicitado al organismo una "medida cautelar" (de urgencia) en mayo pasado, para proteger la vida e integridad personal de Guzmán.
Otra denuncia había sido presentada ante la justicia mexicana en junio por supuestas violaciones al debido proceso.
Los procedimientos de la CIDH establecen, como primer paso, una solicitud de información a los Estados miembros, y podría emitir medidas cautelares si concluye que la persona corre peligro inminente.
La Comisión podría emitir el año próximo una conclusión, en la que admitiría o no la denuncia.
Guzmán, detenido en un cárcel de alta seguridad a la espera del desenlace de un juicio de extradición, sale al patio periódicamente, pero "no ve a ningún interno debido a la rigidez del proceso de resguardo al que es acreedor", con la visita conyugal reducida de cuatro a dos horas, tras su fuga por un túnel en el verano de 2015 y recaptura en enero pasado.
La esposa afirma que Guzmán está perdiendo la memoria, sin embargo Sales replicó en la entrevista: "Él no está enfermo, está bien de salud, aceptable para todo hombre mayor de 60 años, estamos dispuestos a que sus familiares acudan a (defensores de) Derechos Humanos".