La Cámara Alta rusa aprueba esta ley, remitida al Parlamento a principios del mes por el presidente Vladímir Putin, una semana después de que hiciera lo propio la Duma de Estado.
El convenio sobre el reciclaje de plutonio militar, firmado en 2000 obligaba a Washington y Moscú a destruir 34 toneladas de plutonio de uso bélico, suficiente para fabricar miles de ojivas nucleares, mediante su incineración en reactores nucleares a partir de 2018.
Rusia condicionó la reanudación del acuerdo a la reducción de la maquinaria bélica y del número de tropas estadounidenses en los territorios de los países miembros de la OTAN que se adhirieron al bloque después del 1 de septiembre de 2000.
Además exigió a EEUU renunciar a su política hostil hacia Rusia, levantar las sanciones unilaterales y a indemnizar por los daños causados por las restricciones.
Moscú demandó también que Washington presente un plan creíble de destrucción irreversible de su plutonio militar.