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Frescobol, futevôlei y altinha: los deportes no-olímpicos preferidos por los cariocas

© Flickr / José MuriloUn chico jugando frescobol
Un chico jugando frescobol - Sputnik Mundo
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RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — Los Juegos Olímpicos han traído a Río de Janeiro 42 modalidades deportivas, pero los deportes preferidos por los cariocas no están en los flamantes estadios, sino en la playa.

La arena de la "Ciudad Maravilhosa" es, desde siempre, el lugar preferido por los habitantes de Río para practicar deporte, por eso no es extraño que aquí hayan nacido deportes genuinamente cariocas.

El popular deporte de las raquetas de playa, por ejemplo, nació en Copacabana en los años 50, cuando un vecino, del barrio, Caio Rubens Romero Lyra, se cansó de que sus delicadas raquetas de tenis se estropearan por el salitre del mar.

Tuvo la idea de encargar a un amigo carpintero unas robustas raquetas de madera, dando inicio a este deporte de playa que gracias a su gran aceptación popular el Ayuntamiento de Río llegó a declarar el año pasado "Patrimonio Inmaterial de la ciudad".

Antonio Ferreira da Silva, de 51 años, es uno de los aficionados más entusiastas: "Al principio estábamos marginados porque decían que molestábamos a los bañistas que se paseaban por la orilla y teníamos que correr para que la policía no nos robara las raquetas", comenta en declaraciones a Sputnik.

La realidad ahora es muy diferente: Ferreira da Silva es el presidente de la Asociación Brasileña de Frescobol (Abraf), el deporte cuenta con un reglamento cada vez más completo e incluso con un espacio especialmente delimitado en el posto 5 de Copacabana. "Lo próximo será ser deporte olímpico", bromea.

El frescobol no es el único deporte que adorna las arenas cariocas: el futevôlei, más practicado entre los jóvenes, es una curiosa mezcla de fútbol y voleibol de playa; hay una red, pero no se pueden usar las manos.

Cuenta la leyenda que el inventor fue el ex jugador del club de fútbol Botafogo Octavio Moraes, "Tatá", que en 1965 decidió burlar la prohibición de jugar a fútbol en la playa camuflando el deporte haciendo como que jugaba a voleibol dando patadas al balón entre las redes.

Desde entonces seguidores de este deporte han crecido de forma exponencial. Según el profesor Leo Tubarão, que da clases en Copacabana, debe haber unos 30.000 aficionados.

"Conocí este deporte en la playa de Flamengo cuando tenía 16 años. Al principio era como una broma, pero con el tiempo me he ido profesionalizando y ahora tengo 24 alumnos y consigo vivir de esto", cuenta orgulloso, mientras en YouTube los vídeos con sus jugadas maestras acumulan miles de visitas.

La espontaneidad y el ambiente informal es la clave a la hora de practicar estos deportes, aunque en esto el que más destaca es la "altinha" o "altinho" —es tan informal que ni siquiera está claro su género—.

Se trata de grupos de amigos situados en corro dando toques al balón sin dejar que toque la arena. Cada atardecer, a la altura del posto 10 de la playa de Ipanema, se reúnen cientos de jóvenes a la orilla del océano mientras el sol se esconde tras la montaña de Dois Irmãos y una nube de pelotas saltarinas roba el protagonismo a la postal.

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