La mujer de Croydon, al sur de Londres, sometió a sus dos hijos a múltiples operaciones. Por culpa de las intervenciones, uno de sus pequeños padece daños irreversibles en su organismo.
El único objetivo consistía en estafar al Estado 375.000 libras esterlinas —unos 488.000 dólares— en ayuda médica, según sentenciaron los jueces, que la condenaron a una pena de 7,5 años.
A lo largo de una década, la progenitora, de 49 años, cuyo nombre se mantiene en secreto, mintió a los médicos contándoles que sus hijos sufrían de autismo, asma, problemas de uretra y gastritis. Paralelamente, hacía a los menores fingir los síntomas.
El niño fue sometido a una operación irreversible de reducción del estómago en un 20%. La niña fue alimentada artificialmente dos veces al día en la escuela a través de un tubo, si bien podía en realidad comer normalmente.
"La mayoría de las personas no busca otra cosa más que el bien de sus hijos y esa misma mayoría desea una buena salud para ellos". Así justificó el juez la inclinación de los médicos a aceptar como verdaderas las palabras de la mujer.
"Ellos creían lo que usted les contaba porque era usted muy convincente en su presentación, a menudo ansiosa y llorosa en sus clínicas", aseveró el magistrado.
"Un grado tan serio de pérdida financiera hace de este un caso excepcional. El exceso de pagos fraudulentos atribuibles a un solo demandante es el más elevado entre los registrados por el Departamento de Trabajo y Pensiones", resumió el fiscal, Andrew Evans, informa The Telegraph.