Estos países limítrofes serán el blanco principal si Moscú decide responder con un ataque preventivo, escribe Leif Elinder en su artículo para Göteborgs-Posten.
La política de seguridad llamada 'destrucción mutua asegurada' —que suponía la respuesta garantizada del país atacado contra el país atacante—, sirvió como medida disuasoria durante la época de la Guerra Fría.
Lento acercamiento a lo impensable
El aumento de las armas nucleares estadounidenses y el hecho de que Estados Unidos poco a poco rodea a Rusia propiciaron una situación peligrosa e inestable, y se hace cada vez más difícil resistir el hipotético 'primer golpe'.
Rumanía y Polonia, con la ayuda de la OTAN, despliegan los sistemas de defensa antimisil Aegis Ashore en sus territorios. Este paso condujo al presidente ruso, Vladímir Putin, a advertir a estos dos países de que "serían los blancos principales en caso de un conflicto militar".
El antiguo ministro de Defensa norteamericano, William Perry, avisó que el riesgo de guerra nuclear es mayor que nunca y explicó por qué. Entre las causan principales que nos han traído a la situación actual mencionó las siguientes: la ampliación de la OTAN hacia el este, su intervención en Kosovo, la modernización de las armas nucleares de EEUU, los acontecimientos en Ucrania y la ventaja estratégico-militar en la capacidad de realizar 'el primer golpe' que la alianza alcanzó en los últimos años.
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Los analistas militares independientes de EEUU tildan de provocativos los juegos militares de la OTAN cerca de las fronteras rusas. Según Göteborgs-Posten, cada vez más políticos europeos, como Alexis Tsipras, François Hollande y Frank-Walter Steinmeier se alejan de la postura agresiva de la OTAN.
Trampa de la 'seguridad' de la OTAN
El artículo apunta que muchos países creen que al unirse a la Alianza Atlántica, que posee un gran poderío global y gasta 10 veces más que Rusia en armamento, estarán bien protegidos. Pero es un error, porque en caso de un equilibrio militar asimétrico, el efecto será el contrario.
Esta doctrina, explica el autor, supone un ataque nuclear limitado que buscaría hacer poco probable la continuación de la guerra. Entre los blancos posibles podrían figurar los miembros europeos de la OTAN que carecen de arsenales nucleares.
Si Washington decide no reaccionar —al ataque contra una base europea—, evitaría propagar el conflicto nuclear en su propio territorio.
"¿Qué presidente norteamericano permitiría destruir su propio país solo para vengarse de Rusia por un golpe contra una base en Europa?", se pregunta el autor del artículo.
Además, agrega que la situación es muy inestable y los países que tienen bases de la OTAN arriesgan mucho al estar 'en el punto de mira de las armas rusas'.
"Cuando los políticos occidentales no distinguen la causa de la consecuencia, la provocación de la reacción, las consecuencias pueden ser destructivas", enfatizó.
Elinder señala que, a su juicio, Vladímir Putin está considerando el tercer escenario. Pero, de todas maneras, Europa sería el perdedor.
La publicación vaticina que el acercamiento de Estocolmo a la OTAN aumentará la amenaza para el país de entrar en una guerra asimétrica de este tipo.
Por eso, asegura el texto periodístico, es muy importante que Suecia y otros países europeos apoyen todas las iniciativas que lleven al desarme y al alivio de las tensiones.