Además destacó la fuerza de voluntad, el sentido del humor y la capacidad de Alí de unir a la gente.
Tras retirarse del boxeo, Alí como Embajador de Buena Voluntad de la Unicef (1998-2008) se consagró a los niños afectados por los conflictos en diferentes países y a la reconciliación de las naciones.
En los años 70 abanderó en la ONU la campaña contra el Apartheid en Sudáfrica.
"La ONU agradece el enorme aporte que hizo el defensor más grande de la paz del siglo pasado", remarcó el jefe de la ONU.
En 1974 la revista Sport Illustrated le reconoció como el Deportista del Año, además varias ediciones le proclamaron el Deportista del Siglo.
A principios de los 1980, poco después de abandonar definitivamente el cuadrilátero, los médicos le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson.