Basoli encontró a Nirvana en las calles de la ciudad de Alguer, en Cerdeña, Italia.
Al principio, al animal no le gustaba la vida de marinero pues sufría de mareos. Pero con el tiempo, la perrita se acostumbró a estar a bordo del kayak.
En caso de mal tiempo, su dueño le coloca una chaqueta, para que no se moje.
Los dos aventureros viajan entre 10 y 25 kilómetros al día y pasan las noches acampando en diferentes playas, donde también cocinan su alimento.
Durante el invierno, se quedan en casas de personas dispuestas a acogerles, en caso de no conseguir, pernoctan en templos o en albergues, siguiendo la regla de nunca pagar por un lugar para dormir.
Basoli reveló que gasta alrededor de 200 euros al mes en alimentos y gastos variados. Parte de sus ingresos provienen de la venta de collares, pendientes y anillos hechos de conchas, contó Basoli a la publicación británica.