"Tenemos invitados en Gran Bretaña a unos líderes de países fantásticamente corruptos… Como Nigeria y Afganistán, que son probablemente los dos países más corruptos del mundo".
Al presidente del gobierno británico la afirmación se le escapó en una conversación con la reina Isabel II durante el evento oficial con motivo de su 90º aniversario. Algunas de las personalidades públicas presentes en la conversación quedaron desconcertadas.
"Pero justo este presidente no es corrupto", intervino el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, refiriéndose al presidente nigerino Muhammadu Buhari, electo el año pasado y cuyas promesas de campaña se centraban en la lucha contra la corrupción.
"Él se empeña mucho…", agregó el prelado, a lo cual el portavoz de la Cámara de Comunes, John Bercow respondió "Se supone que vienen aquí por su propia cuenta, ¿no es cierto?".
Al enterarse del incidente en vísperas de la cumbre anticorrupción, el líder de Nigeria confesó sentirse "escandalizado y confundido". Su portavoz sugirió que el señor Cameron probablemente aludiera a los hechos anteriores al gobierno del nuevo presidente Buhari.
A su vez, los diplomáticos de Afganistán en Londres calificaron las palabras del primer ministro de "injustas", siendo la lucha contra la corrupción una de las prioridades del presidente Ghani.
La oposición al Partido Conservador de Cameron aprovechó el escándalo para criticar al mandatario. "Hacer al gobierno de un ‘tory' acoger una cumbre anticorrupción es como poner al zorro a vigilar un gallinero", señaló un diputado Laborista.
No es la primera vez que el primer ministro ‘mete la pata' con su sarcasmo británico. La reina aún recuerda las disculpas que su súbito le pidió en 2014 por comentar al alcalde de Nueva York que Isabel II "ronroneó" al otro lado del teléfono al conocer el resultado del referéndum en Escocia, donde se impuso la negativa a la independencia del Reino Unido.