"Que yo sepa, EEUU no examinó un escenario que prevea una destitución de Asad usando la fuerza", dijo Earnest.
Agregó que el presidente de EEUU, Barack Obama, nunca abogó por esta opción.
Sin embargo, continuó el portavoz, Obama analizó la posible injerencia militar en Siria al tener en cuenta la amenaza del terrorismo y las consecuencias a largo plazo de una operación terrestre de gran escala.
"El presidente admite que (una operación terrestre) no conviene a EEUU", comentó Earnest.
Washington insiste reiteradamente que Asad no puede ser parte del futuro sirio y debe dimitir.
Desde marzo de 2011, Siria está sumida en una guerra civil en la que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y organizaciones extremistas como Daesh (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra, proscritas en Rusia y varios países más.