"Según nuestros datos, en la manifestación participaron cerca de 16.000 personas; la protesta transcurrió sin incidentes, con mucha calma", afirmó.
En esta actividad participaron los trabajadores del consorcio de fundición de acero Thyssen-Krupp de Duisburgo, además de otras empresas de la región.
Los manifestantes declararon estar preocupados por el incremento de los impuestos debido a la aplicación de medidas de protección del medioambiente, y por los suministros de acero barato procedente de China, que puede conducir a la quiebra y cierre de las fábricas y la reducción de empleos.
Exigieron al Gobierno apoyo político, al señalar que 2016 será un año "decisivo" para la industria de acero alemana.
El volumen del acero chino que llega al mercado alemán se incrementó al doble durante los últimos tres años, lo cual está vinculado, entre otros factores con los precios de dumping que no pueden ofrecer las empresas alemanas, según señaló la compañía de radio y televisión WDR.
Además, según los productores alemanes, los chinos producen el acero con mayor contaminación, o sea con más contaminación de CO2 y otros compuestos dañinos a la atmósfera.