CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — "La idea es llegar a Nueva York en tres semanas, por tierra y tramos por vía aérea, a proponer un debate alternativo al enfoque prohibicionista de EEUU que ha fracasado", dijo el coordinador de la travesía, organizada con motivo de la sesión especial de la Asamblea General de la ONU 2016, sobre el problema mundial de las drogas, programada del 19 al 21 de abril en la sede del organismo.
Las decenas de organismos civiles que participan en la iniciativa "no ofrecemos soluciones directas ni impulsamos una legalización de las drogas, sino animar una conversación sobre nuevos enfoques sobre ese problema internacional", dijo el director del organismo, que desde hace 25 años trabaja con víctimas de violaciones de derechos humanos y redes de apoyo a migrantes en América Latina y EEUU.
Desde hace muchas décadas, desde la administración de Richard Nixon (1969-1974), la perspectiva de EEUU "ha sido una guerra concebida en términos políticos, y debe ser superada", dijo el dirigente ciudadano.
Una nueva perspectiva debe pensar en una solución en términos de salud pública, no de seguridad nacional que no utilice medios militares y policiacos, prosigue el líder independiente.
Fracaso del prohibicionismo
Recuerda que una situación similar se presentó a principios de los años 30 del siglo XX, con la prohibición del alcohol, lo cual desencadenó un tráfico ilegal y mucha organización criminal, sobre en la frontera norte de EEUU, porque buena parte del tráfico venía de Canadá.
"Eso no funcionó, y finalmente se llegó a regular el alcohol, que sigue siendo un problema social tremendo de salud pública tratando, pero sin violencia", ejemplifica.
La propuesta de los organismos civiles es buscar un balance, animar una conversación plural con nuevos enfoques, y no politizar el combate contra las drogas para fines partidistas, que los ciudadanos no sean criminalizados: "es una posibilidad para un futuro de paz en nuestras regiones y no una solución violenta".
Después, George W. Bush colocó el combate al terrorismo internacional en ese lugar, y la guerra contra las drogas dejó de ser la prioridad número uno.
Ahora —prosigue el experto-, "EEUU ya no se necesita ese pretexto para mantener el aparato militar; pero sí es un pretexto para el sistema carcelario, con un impacto tremendo: más 2,2 millones de persones están atrapadas en la industria de las prisiones, donde casi la mitad están presos por pura posesión de drogas", y un 40 por ciento son de raza negra.
En los países donde hay una situación de guerra abierta y mucho tráfico vinculado al crimen organizado es muy difícil tener esta conversación de fondo, y se hace difícil hablar de la paz porque se quiere ganar una guerra.
Finalmente, Lewis considera que el documento base de la ONU aprobado la semana pasada en Viena "no es suficiente", pero comienza abrir la conversación sobre temas tabú.
"No esperamos que en esta sesión de la ONU ocurra un giro total hacia un enfoque de salud pública; pero estamos abriendo los espacios para evaluar desde un punto de vista científico lo que pasa en nuestros países, para diseñar soluciones contra violencia que genera el combate a las drogas", puntualizó Lewis.