"Nuestras relaciones con el Consejo no pueden catalogarse de positivas, en varias estructuras del CE marcan la pauta fuerzas que no valoran de forma adecuada la realidad, entre los burócratas y políticos que trabajan allí hay, por desgracia, personas que pueden llamarse rusófobos abiertos y cavernícolas", dijo Narishkin al abrir una tribuna abierta en el Parlamento dedicada al tema '20 años en el CE, lecciones y perspectivas'.
El parlamentario aseguró que Rusia no puede pensar en cómo abandonar ese organismo dando el portazo más fuerte, y tiene que elaborar otros esquemas de comportamiento, aunque no pueden descartarse escenarios extremos.
"Estoy seguro que debemos pensar no en irnos del CE dando el portazo más fuerte, sino en otras variantes que permitan conservar nuestra experiencia de interacción, nuestro potencial de cooperación (…), pero no pueden descartarse variantes extremas", indicó.