"La respuesta final de si hubo o no una bomba se recibirá después una vez que los expertos hayan analizado los fragmentos, es algo que evidentemente no controlamos, los rusos y los egipcios sabrán contestar mucho mejor a esa pregunta", dijo el titular británico.
El político resaltó que aún no ha tenido posibilidad de discutir con sus colegas las consecuencias que tendrá la catástrofe si se descubre que se produjo por la explosión de una bomba que estaba a bordo.
"Tenemos que analizar detalladamente todas las consecuencias, no solo para nosotros, sino además para saber cómo debemos ver la participación de Rusia en los procesos que tiene lugar en Siria y fuera de ella", dijo Hammond durante un encuentro con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
El titular indicó que las conclusiones y las decisiones tomadas por su país al respecto se basan en la información de que dispone, en parte se trata de información abierta y en parte, proveniente de fuentes secretas.
El avión Airbus A321, operado por la compañía aérea rusa Kogalymavia, se estrelló el 31 de octubre en la península egipcia del Sinaí cuando cubría ruta Sharm el Sheikh–San Petersburgo.
Los 217 pasajeros y siete tripulantes que se encontraban a bordo de la nave fallecieron en el siniestro, el peor de la historia de la aviación rusa.
