"Es temprano hablar de eso", dijo al indicar que ahora el MSF analiza la situación y trata de ayudar a los afectados por el bombardeo.
Nicolai señaló que los empleados de la MSF permanecen en estado de choque tras el ataque que cobró la vida de sus 12 médicos.
Indicó que el hospital está completamente destruido por lo cual es imposible trabajar allí.
Llamó a una investigación independiente del incidente sin participación de los países cuyos Ejércitos combaten en el territorio de Afganistán.
Nikolai enfatizó que la MSF es una organización humanitaria y que los ataques contra hospitales constituyen una violación del derecho internacional humanitario.
Un hospital de MSF en Kunduz, en el norte de Afganistán, fue bombardeado por las fuerzas de la OTAN en la mañana del sábado, cuando en el recinto médico se encontraban cerca de 200 personas.
El ataque destruyó parcialmente el hospital y se saldó con 19 muertos –entre ellos 12 empleados de la organización y tres niños-, y más de 30 heridos, de acuerdo al balance actualizado.
Según un comunicado de la OTAN, el bombardeo fue lanzado por la aviación estadounidense en la madrugada del sábado.
Washington y Kabul anunciaron previamente la apertura de una investigación conjunta para esclarecer el incidente.