Rachel Moorcroft, la dueña de Fun Favours, dijo que para empezar la producción ya tenía todos los equipos necesarios de su negocio anterior que era la venta de chupitos alcohólicos de gelatina, informó la BBC.
Afirmó "cosechar el aire con amor" y expresó la esperanza de que “a los expatriados que echan de menos su tierra les gustará tener un poco de Shropshire en un tarro”.
No es ni mucho menos el primer caso de la venta del aire: así, en abril 2014 el artista chino Liang Kegang vendió un frasco de aire de las montañas de Francia por 770 dólares.
Otro empresario chino vendió millones de latas con aire cuando se dispararon los niveles de contaminación en China.