Según los documentos confidenciales de Wikileaks sobre el TiSA, se prevé la aplicación de la doctrina neoliberal a los datos informáticos, "poniendo en peligro las garantías nacionales de su privacidad".
El Artículo 2 del citado Anexo sobre Comercio Electrónico del TiSA, titulado "Movimiento de Información" o "Flujos de Información a través de Fronteras", establece en su primer punto que "ningún partícipe podrá impedir a un proveedor de servicios que transfiera, acceda, procese o almacene información, incluida información personal, dentro o fuera del territorio de ese partícipe, cuando esa actividad se efectúa en conexión con la gestión del negocio de ese proveedor de servicios".
Esto significa que, el acuerdo que se negocia en secreto prohíbe cualquier restricción en el flujo de datos personales a través de las fronteras, ya que vuelve a insistir en esa libre exportación de la información en su punto quinto.
"Los partícipes no impedirán a los proveedores extranjeros de comercio electrónico, ni a los clientes de dichos proveedores, transferir información internamente o a través de fronteras, acceder a la información públicamente disponible o acceder a su propia información almacenada en el extranjero, señala uno de los documentos.
Según Público, que comparte esta información con otros diez medios de diez países, el Artículo 9 refuerza el anterior, ya que establece que ningún país firmante "podrá requerir a un proveedor de servicios que use instalaciones informáticas localizadas en su territorio para procesar y almacenar los datos de los usuarios, como condición para operar en ese país".
Esta deslocalización es "peligrosa" porque la "localización territorial de la información es a menudo imprescindible para garantizar la privacidad de los datos digitales o incluso asegurar la libertad de expresión, respetada en unos países y perseguida en otros", explica el diario digital de izquierdas.
El diario recuerda que los servicios secretos occidentales "conocen tan bien la importancia crucial de la localización territorial de los datos" que están "permanentemente tratando de redirigir estratégicamente el tráfico de Internet hacia naciones o jurisdicciones amigas para asegurarse un acceso directo a esa información".
Eso es lo que han practicado las agencias de inteligencia "como la estadounidense NSA para desencadenar un espionaje masivo de la ciudadanía, tal como reveló el exanalista de la CIA Edward Snowden".
Tras la filtración de los documentos en Wikileaks, la eurodiputada Viviane Reding –exvicepresidenta de la Comisión y actualmente miembro de la Comisión de Comercio Internacional de la Eurocámara– ha reconocido al periódico italiano L'Espresso (uno de los principales socios colaboradores en esta exclusiva) que "los auténticos desafíos se plantean en el capítulo de Comercio Electrónico, que también ha sido filtrado".
El documento "muestra que varios de los participantes en el TiSA querrían socavar la privacidad de los datos con cláusulas multifunción, limitar la neutralidad de la Red con diversas excepciones y deshacer los estándares con exenciones universales de seguridad nacional", señala la europarlamentaria.
Pero, Reding alerta que "por muchas puertas de atrás que intenten abrir nuestros socios, estoy decidida a cerrarlas todas. La protección de datos no es una barrera comercial, sino un derecho fundamental no negociable (Artículo 39 del Tratado de Funcionamiento de la UE y Artículo 8 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión).
Hasta el momento, los gobiernos implicados en la negociación secreta del TiSA son: Australia, Canadá, Chile, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos, Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, México, Nueva Zelanda, Noruega, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Suiza, Taiwán, Turquía y la Comisión Europea, en representación de los 28 países miembros de la Unión Europea, según informa Público.