Lo cierto es que, desde que en 2010 el por entonces presidente de la CBF, Ricardo Teixeira, anunciase a Brasil como sede del Mundial de Fútbol de la FIFA en 2014, el excamisa 10 de la "seleçao" avisó de los problemas de corrupción que afectaban a la entidad llegando a sentenciar que "José Maria Marin es un ladrón de medalla que apoyó a la dictadura" mientras que sobre Marco Polo del Nero, actual presidente de la CBF, alertó que "ha sido investigado por corrupción y delitos financieros por la Policía Federal".
La nota divulgada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos este miércoles no dejaba lugar a dudas, la CBF está bajo sospecha de haber recibido jugosos sobornos, por parte de una gran marca deportiva norteamericana (aunque la nota no define el nombre se trataría de NIKE, patrocinador oficial del equipo nacional) desde los años 90, a cambio de contratos con la selección cinco veces campeona del mundo.
"Dos generaciones de dirigentes de fútbol abusaron de sus posiciones de confianza para sus ganancias personales, frecuentemente a través de la alianza con ejecutivos de marketing sin escrúpulos que mantuvieron contratos lucrativos para su propio beneficio a través del pago sistemático de sobornos", suscribió la nota que, pese a no contener nombres, parece abrir la puerta a nuevas detenciones.
Además, la nota detalla, una a una, las competiciones en las que tanto CBF y Confederación de América del Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF): Copa del Mundo en la región CONCACAF, Copa de Oro de la CONCACAF, Liga de los Campeones de la CONCACAF, Copa América Centenario, Copa América, Copa Libertadores y la Copa de Brasil.
Para el reportero de ESPN Brasil, Thiago Arantes, la sensación de la prensa de Brasil respecto a la detención de Marin es "una mezcla de euforia e incredulidad", debido a que, como explicó a Sputnik Nóvosti, "muchos pensaban que Marin se había escapado de una posible investigación al conseguir finalizar su mandato en la CBF y la organización del Mundial de Brasil de 2014 sin que se destapasen grandes escándalos".
Cabe recordar que el pasado mes de marzo, la empresa alemana de ingeniería Bilfinger admitió haber pagado sobornos por valor de un millón de euros a miembros de la CBF y políticos de Brasil para conseguir contratos para equipar centros de seguridad durante el Mundial de Brasil de 2014, algo que en la actualidad estaría siendo investigado por la Contraloría General de la Unión de Brasil (CGU), responsable de supervisar todos los contratos públicos del gobierno federal.
Sin embargo, la actividad corrupta de la CBF podría retrotraerse, según el periodista escocés Andrew Jennings autor del bestseller "Juego Sucio", a 1974 cuando el brasileño expresidente de la FIFA Joao Havelange, quien dirigió el organismo hasta 1998, situó a su yerno, Ricardo Teixeira, al frente de la CBF "dejando la selección brasileña a merced de los patrocinadores", como declaró el propio Jennings al diario brasileño O Estado de Sao Paulo.
En esta misma línea, el comentarista de Radio Globo, Marcelo Bechler, comentó a Sputnik Nóvosti que le sorprendía "enormemente" que el nombre de Ricardo Teixeira, quien dirigió la CBF por más de 20 años, no apareciese citado en la investigación del FBI aunque matizó que "sin duda las propias investigaciones obligarán a revisar gestiones anteriores y acabarán por afectar al anterior presidente".
Llegados a este punto, cabe recordar que la "Copa de las Copas", como llamó Rousseff al Mundial de Fútbol de Brasil de 2014, resultó el más caro de la historia, con un gasto público de más de 8.200 millones de dólares, y que, para mayor escarnio, fue organizado íntegramente por el corrupto José Maria Marín, lo que probablemente suponga el inicio de una cascada de escándalos de corrupción sin precedentes en el deporte de Brasil.
Una vez más, sin ningún tipo de miramientos, el senador Romario apuntaba todavía más alto al lanzar un dardo envenenado al todopoderoso presidente de la FIFA, Joseph Blatter, al sentenciar durante un sesión de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte en el Senado: "Tengo la esperanza de que Blatter sea detenido y que consigamos finalmente que personas dignas tomen el mando del fútbol mundial".
Puede ser que, al fin y al cabo, más allá de ensuciar el orgullo nacional de los brasileños, la caída de Marin haya representado el inicio de una renovación profunda, no solo de un país que vive por y para el fútbol, sino para todo un deporte que en Latinoamérica alcanza la categoría de religión y que se ha visto eclipsado por el culto al dinero de sus dirigentes.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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