El régimen sin visados entre Japón y las Islas Kuriles fue impuesto en 1992 en el marco del acuerdo intergubernamental con el objetivo de mejorar la comprensión mutua y lograr un tratado de paz entre Rusia y Japón.
Los dos países técnicamente continúan "en guerra" desde la Segunda Guerra Mundial, ya que ambos países nunca firmaron un acuerdo de paz. Las islas Kuriles son un punto de conflicto territorial entre Tokio y Moscú.
Japón reclama cuatro islas –Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai– basándose en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia en 1855.
Tokio condicionó la firma del tratado de paz con Moscú a la devolución de estas islas.
Por su parte, Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS y se niega a revisarla.