El exjefe policial estaba prófugo desde la masacre del 26 de septiembre pasado y la madrugada siguiente, acusado de recibir sobornos para proteger al grupo narcotraficante "Guerreros Unidos", confabulados con la policía municipal de Iguala y el alcalde José Luis Abarca para la matanza, según la investigación federal.
El mando policial prófugo fue arrestado por la Policía Federal en la ciudad de Cuernavaca (90 km al sur de Ciudad de México), acusado con base en la confesión judicial de un jefe del grupo criminal detenido, quien confesó que le pagaba por la protección a esa mafia sobornos de 600.000 pesos mensuales (40.000 dólares).
Este mismo día, el Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda), presentó el informe final de su investigación sobre el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, quien llegó al puesto como candidato externo de ese partido, en el cual afirma que nunca dio la orden de cometer la masacre, y que al contrario intentó desde su casa alertar al Ejercito y la policía.
"Al no responder a interrogantes pertinentes parece que Abarca busca defenderse, que pretende comprobar no haber tenido nada que ver con los trágicos acontecimientos, sin embargo, se inculpa", indica el informe del PRD, partido que semanas después de la masacre pidió perdón a sus militantes.
"Como supuesto integrante de la banda de delincuentes de Iguala, Abarca tendría responsabilidad pero también la tendría como autoridad que permite cometer delitos a policías bajo su mando y a civiles sin dar órdenes ni intervenir de alguna otra forma o solo pidiendo a algún funcionario que llame a los militares", puntualiza el informe del PRD.
La esposa de Abarca, y casi un centenar de policías y sicarios están presos en la causa de la masacre de Ayotzinapa, que conmocionó al país latinoamericano.