Como pasos inmediatos menciona además el retiro de los armamentos pesados "de la línea divisoria que fue acordada en el Memorando de Minsk del 19 de septiembre de 2014".
En abril del pasado año las autoridades ucranianas comenzaron en el este del país una operación especial contra los habitantes de la región, descontentos con el cambio de poder que tuvo lugar en Kiev dos meses antes.
La ONU informó que el conflicto armado ha causado la muerte de más de 5.000 personas, 1.000 resultaron heridas.
De septiembre a diciembre del año pasado en Minsk tuvieron lugar varios encuentros del Grupo de Contacto integrado por Ucrania, la OSCE y Rusia en los que se logró pactar una tregua entre las fuerzas de Kiev y las milicias de Donbás.
Aunque ambos bandos del conflicto se acusaron reiteradamente de violar el alto al fuego, éste en general se cumplía, según confirmaron observadores de la OSCE.
A partir del 9 de enero los bombardeos de ciudades y pueblos se intensificaron, el Gobierno de Kiev aumentó el número de tropas en la región.
La Cancillería rusa considera que los últimos sucesos en Dobás revelan que Kiev pretende resolver el conflicto mediante la fuerza.