En concreto, el consumo en Brasil alcanzó el récord de 51.894 MW (megavatios) en la tarde del miércoles superando incluso los 51.596 MW que consumió el pasado lunes unos 20 minutos antes del gran apagón que afectó a las principales ciudades en 11 estados del país e incluso llevó a la desactivación del reactor nuclear de Angra 1, en Río de Janeiro.
Ante esta situación, el Gobierno de Brasil se ha visto forzado a importar desde Argentina 165 MW de electricidad de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A (CAMMESA) el pasado martes y otros 146 MW el miércoles, en virtud de un acuerdo energético vigente entre ambos países.
De esta manera, se confirman los peores presagios de los expertos brasileños en el sector energético que auspician un 50% de posibilidades de que el Gobierno de Brasil comience a aplicar restricciones en el suministro eléctrico.
Igualmente deja en evidencia las palabras del ministro de Minas y Energía, Eduardo Braga, quien el pasado martes negó que la escasez de producción eléctrica esté por detrás del apagón del lunes y prometió que elevará la oferta de electricidad en la región Sudeste de Brasil (la más poblada) en 1.500 MW, además de una transferencia adicional de la hidroeléctrica de Itaipu de 300 MW y otros 867 MW de las centrales termoeléctricas de Petrobras.
Por su parte, el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) también habría subestimado la precaria situación energética de Brasil al relativizar esta semana los efectos de la falta de agua en las reservas hídricas que abastecen las hidroeléctricas del Sudeste y Centro del país, y que con apenas un 17,63% de su capacidad de reserva son responsables del 70% de la producción eléctrica del país.
