"Crece el número de ciudadanos de Asia Central, hombres y mujeres, que viajan a Oriente Medio para engrosar las filas del EI o para apoyar a esta organización de cualquier otra manera ", dice el comunicado, que estima este número entre 2.000 y 4.000 personas. Se señala que los ciudadanos de Uzbekistán, tienen la mayor representación en el EI, le sigue Kirguistán, cuyas regiones sureñas corren el riesgo de radicalizarse.
Los agentes del EI reclutan a los nuevos combatientes en mezquitas y namazkhana (salas para oración) por toda la región, así como a través de internet y las redes sociales.
La radicalización de mujeres en la mayoría de los casos es una respuesta a la escasez de oportunidades sociales, religiosas, económicas y políticas en Asia Central".
Los expertos del ICG declaran que EI atrae no solo a aquellos que buscan una experiencia de combate sino a los que aspiran a "la vida devota con el fundamentalismo religioso".
El informe señala que los ciudadanos de esta región "buscan una alternativa radical a sus estados seculares", impulsados por "la marginación política y las sombrías perspectivas económicas que caracterizan a su región postsoviética" y la "insatisfacción por el cambio político y social".
El ICG detalla que "Uzbekistán y Turkmenistán se asemejan a los estados policiales autoritarios", mientras que "Kazajistán cuenta con un sistema político autocrático".
Los países de Asia Central, así como Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán forman una región frágil entre Rusia y Afganistán, Irán y China, cada uno de ellos "padece el mal gobierno, la corrupción y el crimen".
Por su parte, Rusia y China ya exhortaron a los cinco países de Asia Central a examinar el problema de la radicalización a raíz de la activación del EI.