El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue el quien intentó esta vez persuadir a los jeques árabes.
Sin embargo, tal y como se esperaba, las conversaciones celebradas en Riad, capital de Arabia Saudí, fueron un fracaso.
La misión fallida de Maduro no promete nada bueno a los países que dependen de la exportación del crudo y no tienen reservas financieras que permitieran sobrevivir la caída de los precios de los hidrocarburos.
Uno de estos países es precisamente Venezuela, que experimenta problemas con la construcción del socialismo, comenta Novie Izvestia.