“El derramamiento de sangre en Ucrania es un triste ejemplo para cualquier Estado soberano”, dijo Lukashenko el martes en Minsk en una sesión del Consejo de Seguridad de Bielorrusia.
Señaló que “las contradicciones dentro de sus estructuras políticas, la debilidad de los organismos de seguridad de Estado fueron causantes de lo que ocurrió en el Maidán y de la posterior guerra civil que ha tenido como consecuencia miles de muertos y provocó caos en la economía".
"El país ha sido desgarrado y dividido, e inocentes sufren; a la vez que se acumula el odio y la capacidad de exportar las llamadas “revoluciones de colores” a otros países”, sentenció.
El presidente bielorruso dijo que no se puede ser “indiferente a este conflicto. La postura (del gobierno bielorruso) es unívoca y claramente definida. No ha habido necesidad de cambiar nuestra postura y el tiempo nos ha dado la razón”.
Previamente, con la mediación de Rusia y la OSCE, las partes del conflicto en Ucrania alcanzaron un acuerdo tras reunirse en la ciudad de Minsk el 5 de septiembre. Luego, el 9 de diciembre en el este de Ucrania se inició el acuerdo entre las milicias y el ejército de aplicar un nuevo armisticio. Aún se decide la fecha de una nueva reunión del grupo de contacto en Minsk.