Los crímenes violentos subieron en China por la masiva llegada desde el sudeste asiático de drogas sintéticas como la metanfetamina, afirma la prensa local.
Liu Yuejin, director de la Oficina de Control de Narcóticos, reveló que las drogas sintéticas, en comparación con las tradicionales como la heroína o el opio, causan fácilmente problemas mentales.
"Los adictos son más propensos a comportamientos violentos y extremos como el asesinato o el secuestro", dijo al diario China Daily.
Entre enero y septiembre, la policía de 14 provincias y regiones registró más de un centenar de crímenes relacionados con estas drogas, una cifra que supera la acumulada en los cinco años previos, según datos del Ministerio de Seguridad Pública.
"China se enfrenta al gran reto de reducir el uso de drogas sintéticas, incluido el ice –el nombre vulgar de la metanfetamina– que cada vez más adictos consumen", ha dicho Liu.
Aunque el ministerio tiene registrados a 2,87 millones de drogadictos, Liu calcula que el número real se acerca a los 14 millones y que la mitad de estos consumen drogas sintéticas.
El abuso de estas sustanciales ilegales le cuesta al país más de 500.000 millones de yuanes (82.000 millones de dólares).
El contrabando de metanfetaminas se ha disparado en los últimos años a través de las porosas fronteras con los países del sudeste asiático.
El pasado año fueron confiscadas en la provincia de Yunnan nueve toneladas de metanfetaminas (el 55% del total nacional) proveniente de Myanmar.
Según Song Zengliang, agente del departamento de narcóticos, China ha abierto ocho oficinas fronterizas con Laos, Myanmar y Tailandia para facilitar las investigaciones y ya se han practicado diez operaciones conjuntas.
China emprendió el pasado año una campaña contra la droga estimulada por el presidente Xi Jinping, quien ha prometido castigos fuertes para los culpables.
En las últimos meses se ha detenido a varios representantes de la farándula nacional por delitos relacionados con las drogas, entre ellos al hijo del célebre actor Jackie Chan.
Mao consiguió erradicar casi al completo la droga después de que el abuso de opio suministrado por británicos hubiera atontado al pueblo durante un siglo.
La relajación de los controles sociales tras la apertura económica en los años ochentas del pasado siglo las devolvió y en los últimos años el uso de anfetaminas, hachís o éxtasis ha crecido aún más, sobre todo entre la juventud urbana.
