Las mujeres toman la palabra: Los hombres también tienen el reloj biológico y hace tictac

© Foto : Mikhail Kharlamov/Marie Claire RussiaSvetlana Kolchik
Svetlana Kolchik - Sputnik Mundo
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Hace semanas unas investigaciones científicas revelaron que los hombres deben estar conscientes de su edad si quieren tener hijos. Científicos de la empresa islandés Decode Genetics reportaron que los padres más adultos corren un riesgo mayor de tener hijos con autismo o esquizofrenia.

“Sveta, ¿te gustaría tener un hijo conmigo? Tengo más de 35 años, ya es hora de tener hijos.”

Me quedé sorprendida y me sentí hasta adulada al oírlo. La propuesta la hizo un hombre, al cual las protagonistas del Sexo en la Ciudad lo denominan un “soltero tóxico” (fóbico al compromiso y mujeriego empedernido). La conversación tuvo lugar hace unos seis años, cuando yo tenía casi treinta años. Y aunque mi reloj biológico empezó a tictaquear, me negué cortésmente. Tuve un par de citas con aquel maniático controlador, empresario de Moscú, y no estaba dispuesta a aceptar su propuesta.

No obstante, me dejó intrigada. Fue la primera vez que encontré a un hombre tan abierto respecto al problema de su reloj biológico. Vivo en una cultura que impone una fuerte presión social de procrear lo más pronto posible. Pero como casi por todas partes, en Rusia la más afectada resulta la mujer.

No obstante, parece que ya es diferente. Hace semanas unas investigaciones científicas revelaron que los hombres deben estar conscientes de su edad si quieren tener hijos. Científicos de la empresa islandés Decode Genetics reportaron que los padres más adultos corren un riesgo mayor de tener hijos con autismo o esquizofrenia.

Investigadores vincularon los crecientes casos de autismo con la tendencia de postergar la paternidad. El riesgo aumenta dramáticamente después de que el padre potencial llega a los cuarenta años, dicen expertos. La edad de la mujer no importa tanto si se trata de estos disturbios mentales, según el estudio. Otras investigaciones también confirmaron que la fertilidad masculina empieza a disminuir después de los cuarenta a un ritmo diferente que la femenina.

El estudio provocó una ola de acaloradas discusiones por todo el mundo. “…No debemos estar solas. Nuestros parientes mayores y colegas bien intencionados nos preguntan si planeamos tener hijos, mientras que nuestros hermanos, tíos y novios evitan ser preguntados dichosamente”, escribe la periodista Ann Friedman en el reciente artículo de la revista New York, titulado “El reloj biológico masculino hace tictac” (“Tick-Tock, the Male Biological Clock”).

Expertos se pusieron a especular si los nuevos datos pudieran impulsar a los hombres que reconsideraran su comportamiento reproductivo, si les obligaran a incluir exámenes de fertilidad en los regulares chequeos médicos o congelar su esperma de jóvenes. O simplemente dejar de postergar la paternidad antes de que se unieran a los cuarentones.

Pero resulta que ni siquiera se necesitan los preocupantes datos científicos para que los chicos se pongan a escuchar su reloj biológico, pues que muchos ya lo están haciendo. Hace poco discutí el tema con unos muchachos de treinta y algo años que no tienen hijos (en Rusia, al menos en las ciudades grandes, la edad promedio de ser padre está creciendo). Muchos me dijeron que habían sentido la presión de hacerse padres ya desde hace mucho. Algunos confesaron sentir de vez en cuando una llamada biológica, “una vocecita interior de un hombre prehistórico murmurando en tus oídos que no lo postergues por mucho tiempo”, me dijo un hombre quien pronto iba a ser padre.

Otros confesaron sus preocupaciones de que no pudieran ser “padres buenos” en caso de que la diferencia de la edad con los hijos fuera muy grande, el problema más que todo actual para Rusia donde la esperanza de la vida masculina es solo 64 años. “Si tengo un hijo en los próximos años, tendré más de cincuenta años cuando mi hijo sea adolescente, y ¿qué tipo de padre más débil seré yo?”, lamentó mi amigo de 34 años. “Hace poco estuve en un hotel donde había muchos padres con hijos pequeños y me di cuenta de que quisiera tener un hijo también y muy pronto”, dijo otro, también de 34 años.

“Es muy fácil decirlo, ‘preocúpate de ello cuando tengas 50 años’”, escribió Russel Kane, famoso escritor y cómico británico, en su ensayo

“¿Lo oyes? ¡Es mi reloj biológico que está haciendo tictac!” (“Hear that? It's My Boyological Clock Ticking!”), publicado en la última entrega de la revista Glamour de Reino Unido.

“Cuando cumplas 25 años, tus amigos ya empiezan a tener hijos. Y cuando llegas a los 35 ya hay posibilidad de que serás el único quien se quedará sin ellos. (…) Y en cuanto se te ocurra la idea de que el tiempo se te agota, empiezas a madurar como hombre. Y tener pánico. Estoy horrorizado.”

Al dejar aparte los estudios genéticos, creo que es justo que los hombres no sean excluidos de las conversaciones sobre el “reloj biológico”. A lo mejor podrían impulsar a los chicos que maduren más rápido y asuman más responsabilidad.

Últimamente, hubo una oleada de películas taquilleras de Hollywood protagonizadas por mujeres (predominantemente ambiciosas) cuyo reloj biológico ya está corriendo tan rápido que se ven obligadas a actuar inmediatamente. La protagonista de Jennifer Aniston en “The Switch” (“Loco por Ella” en Latinoamérica, “Un Pequeño cambio” en España) encuentra a un guapo donante de esperma, y la de Jennifer López en “El Plan B” opta por concebir mediante la inseminación artificial.

Imagínense, ¡cuánto popular sería una comedia sobre un hombre quien lucha por encontrar vías similares (¡o diferentes!) para ser padre!

*Svetlana Kolchik es directora adjunta de la edición rusa de la revista Marie Claire. Se graduó de la Universidad Estatal de Moscú, facultad de Periodismo, y la Universidad de Columbia, Escuela de Estudios Avanzados de Periodismo, colaboró para el diario Argumenti I Fakti en Moscú y el USA Today en Washington, con RussiaProfile.org, ediciones rusas de Vogue, Forbes y otras.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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